2024-12-19
La fiesta de Navidad y los festejos de Fin de Año son tradicionalmente vinculados a una etapa del año vivida con alegría, ilusión, esperanza y felicidad, pero esto no siempre está asociado a la realidad, ni a la forma en la que algunas personas transitan estos días.
Es frecuente que muchos individuos en estas fechas padezcan altibajos emocionales y dificultades con su salud mental.
Bajo la mirada idílica de estas fiestas, hay también otra realidad, donde se vive mucho estrés, muchos compromisos familiares, sociales y muchos gastos. Además de todo esto se siente particularmente la ausencia de amigos o familiares que ya no están.
En numerosos casos hay familias disfuncionales, que no generan un ambiente positivo, por lo que aparecen situaciones que derivan en que sean fechas complicadas, de mucha intensidad emocional. Debido a esto se puedan experimentar tristeza, depresión, angustia, ansiedad y cambios de humor.
La realidad es que muchas veces tenemos expectativas poco realistas de lo que se debe sentir o como se debe vivenciar la Navidad; la autoexigencia y el deseo de transitar unas fiestas idílicas es lo que genera entonces mucha frustración y decepción.
Es importante tener en cuenta, que en estas fechas, las personas que tienen una red de contención familiar y social débil o inexistente seguramente padecerán un sentimiento de soledad intenso, mucho más fuerte y más sentido que en el resto del año. Es esperable además, que en las familias donde ha ocurrido la pérdida de un miembro cercano, el sentimiento de duelo y de falta se agudice profundamente en estas fechas y para algunas personas más que para otras.
Frecuentemente hay dificultad en la sociedad para entender estos sentimientos de pesar y también cierta intolerancia frente a estas emociones de malestar emocional, es como si no se permitiera estar triste o angustiado en estas fechas, el sentimiento de que es “obligatorio” sentirse bien y acompañar “el espíritu navideño” es absolutamente presente.
Quiero resaltar la importancia de que seamos respetuosos y empáticos, y que nos esforcemos en poder entender que no todos vivenciamos estas fechas de la misma forma, que esto depende en gran manera de la realidad de cada uno y de las circunstancias por las que se está transitando.
Debido a la complejidad y diversidad de emociones que pueden ser vivenciadas en esta época del año, recomiendo buscar estrategias que permitan transitarlas de la mejor manera posible. Creo que es muy interesante y positivo que podamos realizar un balance personal, que intentemos reconocer los logros propios y también reconocer los de los demás, que procuremos marcar metas a corto, mediano y largo plazo, generemos proyectos, e intentemos percibir este proceso como algo positivo, que marque el inicio de una buena etapa venidera.
Buscar ayuda de un profesional en salud mental, que acompañe este proceso y que colabore a gestionar las emociones correctamente puede ser una excelente opción.
En conjunto con el profesional se podrán anticipar a ciertas situaciones difíciles de manejar en esta época, planificar y prepararse para disminuir la tensión de emociones negativas y también fijarse expectativas realistas. La ayuda de un profesional es sin duda una excelente alternativa para alcanzar estos logros.
Texto: Psicóloga Daniela Pérez